La REVISTA de la PEÑA MADRIDISTA Pineda de Mar

Nº26 Mayo-Junio-Julio 2009 EDICIÓN INTERNET

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martes, 2 de junio de 2009

HASTA QUE NO HAYAN MUERTOS ... (Por Pepe Ribó)


La mayoría de lectores conoceréis que la Peña Madridista la Séptima de Figueres fue destrozada en la noche del miércoles 13 de mayo cuando unos bárbaros la asaltaron. No tuvieron bastante con romper la puerta metálica a patadas sino que con barras metálicas reventaron todo lo que se les puso por delante.

Francisco Morillo, presidente de la Peña, me informó: cuando ocurrieron los hechos, vecinos de la zona, al oír los primeros ruidos llamaron a los Mossos y éstos llegaron cuando llegaron, supongo que con el mismo interés que cuando apedrean el autocar del Real Madrid en sus mismas narices.

La Peña de Manresa también se encontró el 17 los cristales rotos, en Pineda nos apedrearon el rótulo del local el año pasado, a la Peña Madridista “Juanito” tres cuartos de lo mismo años atrás, y veremos las consecuencias del triplete, que las habrá.

Ninguna peña barcelonista de Madrid ha sido asaltada y pueden celebrar libremente los títulos en Cibeles y de paso insultar a la diosa, al Madrid y a Guti.

No hace mucho, se acercaron a la puerta de nuestra peña un grupito de chiquillos, de no mas de 10 o 12 años, y entre risitas dijeron “Madrid, fills de puta”. Yo aluciné.

Lo preocupante no es lo que te puedan decir unos mocosos, sino el porqué te lo dicen. Es lo que escuchan decir en sus casa a sus padres (que alguno tendrá, imagino).

Ayudan también los abanderados que, debiendo ser ejemplo, vomitan bilis madriditis ("Madrid cabrón, saluda al campeón" o “Bote, bote, bote, madridista el que no bote”).

Esta fobia que se le tiene al Real Madrid en Cataluña, odio visceral, aversión y repulsión, nace por confundir deporte con política y se empieza a cultivar en las bases y en muchas familias y escuelas desde temprana edad.

En la pasada Fira d’Entitats de Pineda, una madre me decía el otro día que a su hijo le obligaban a aprenderse el himno del Barça en el instituto (público) y que el niño no podía ir a clase con la camiseta del Real Madrid. Qué pena.

Gozan de una permisividad indignantemente asquerosa y encima nos argumentan cínicamente que son actos esporádicos de “los cuatro locos de siempre”; locos que, digo yo, deberán multiplicarse como los panes y los peces, porque es lo habitual en las celebraciones culés contra las peñas madridistas.

Las victorias hay que celebrarlas con respeto, normalidad y plenitud, nunca jodiendo al contrario.

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